sábado, 1 de julio de 2017

Yerma

A veces me da la sensación que mi universo y el azar se confabulan para echarme sal en las heridas. 

La semana pasada llegó una carta de Guille. Me invitaba al bautizo de su hijo. ¿Cómo se le pudo ocurrir semejante disparate con las broncas que hemos tenido en las reuniones con los abogados? El niño se llama Guillermo. Guillermito, supongo, para diferenciarlo del padre. La invitación es como una tarjeta navideña, con la fotografía sepia en el exterior. Una pareja y un niño. El hombre sentado en una mecedora con la cabeza gacha, la mirada atenta al niño que tiene entre los brazos. La mujer, como de atrezo, de pie tras la mecedora y con una mano apoyada en el respaldo, mira a la cámara y sonríe, distante. Tardo tiempo en darme cuenta que el hombre es Guille. Está extraño, y no sólo por los retoques de la fotografía. Se ha dejado el pelo más largo de lo que solía llevarlo y teñido. 

La invitación me hace feliz. ¿Estará Guille intentando que volvamos a la normalidad y acabar, al menos, como amigos? Hasta que busco y no encuentro la fecha y lugar de la celebración. 

La única razón del odio de Guille es mi esterilidad. 

Desde entonces todo me obliga a recordar la nítida exclusión que Guille me ha hecho de uno de los momentos más felices de su vida. 

La chica de la limpieza no friega las escaleras porque está embarazada y teme una caída.
Me llaman de la clínica de fertilidad. ¿Quiero intentarlo de nuevo? 
Una niña del instituto de mi sobrina se ha quedado embarazada. Una adolescencia truncada a los 16 años. 
La mujer de mi compañero de El Rincón de la Victoria vuelve a estar embarazada. Su sexto hijo.
En un blog de literatura en el que me gusta entrar escriben sobre gestación subrogada y de niños nonatos. 
El niño que mi cuñada acoge durante dos meses del verano, es más pequeño que otros años, apenas sabe hablar. Se lanza a los brazos de cualquier mujer con el pelo largo y moreno y la llama mami. 

Qué cruel es el universo y qué fácil sentirse su ombligo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario