lunes, 26 de junio de 2017

Alguien a quien odiar

¿Qué se puede decir de un hombre de 41 años que asegura odiar a su madre y se ha acostado con una de sus estudiantes de ESO? 

El humor de Mickey es extraño. Su presentación es: Odio a mi madre. Soy profesor de ESO y mi última novia era una de mis alumnas. No advierte que es profesor de adultos. Cree que después de semejante conjunto de dislates, ningún otro aspecto de su vida puede decepcionar. También debería añadir que es un picaflor. 

Mickey es un apodo, por Mickey Mouse. Durante la adolescencia, sus orejas eran tan perpendiculares a la punta de su nariz y su cogote que parecía que alguien invisible le tirara de ellas. Su madre se obstinó en que lo operaran cuando apenas había cumplido 12 años, a pesar de las reticencias de la mayoría de los médicos de estética. Sus orejas de soplillo nunca le causaron problemas. La operación, si. Hace tres décadas, hasta los padres alentaban la homofobia. Perdió a todos sus amigos en aquella época y se sintió muy solo, porque para muchos la vanidad lo convertía en afeminado.

A su hermano menor también lo martirizó su madre. Antes de terminar la carrera, por el estrés, se le empezó a caer el pelo y ella lo obligó a teñirse el pelo de rubio, para que fuera menos evidente. Cuando llegó de la peluquería, se rapó la cabeza y se fue a vivir con su abuela. Nunca terminó la carrera. Estaba destinado a ser biólogo y ha terminado de conserje en un colegio.

Cuando Mickey censura a su madre y yo protesto, convencida de que algo bueno tendrá la mujer, él se encoge de hombros y dice: Supongo, sin añadir nada más.

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