sábado, 17 de diciembre de 2016

El hombre que vino del pasado

¿Algo peor que una reunión de vecinos de una comunidad? Dos reuniones de vecinos. La del viernes empezó a las seis y media y terminó pasada la medianoche. Se discutían los mismos puntos que la del lunes, pero con un técnico puesto por la comunidad. Yo, supuestamente, no era imparcial. Se llegaron a las mismas conclusiones. La diferencia estuvo en la deferencia con la que el jefe de la comunidad trató al técnico. En ningún momento lo tuteó, ni interrumpió sus explicaciones, ni puso en duda sus palabras.

El jefe de la comunidad es un personajillo enjuto, enclenque, menudo, huesudo, poquita cosa; de voz de pito y pelo canoso engomado. No lo lleva, pero mi memoria le pone constantemente un bigotillo ridículo y fino, como el trazo de un lápiz negro, bajo sus narices.

Aún no sé si debo reírme de la situación o encorajinarme. Mis enfados por alguna injusticia se fermentan con lentitud o estallan de repente: no hay término medio. Uno de los vecinos conoce muy bien al jefe de la comunidad: Ha tenido que venir un hombre a repetirte lo que te dijo la técnico. Antes, en situaciones semejantes, pensaba: Te jodes. Sabiendo que el sujeto en cuestión llevaba las de perder. Pero ahora pienso en mi sobrina y me da mucha rabia que ella también tenga que enfrentarse al machismo de engendros que parece anclados en un pasado muy remoto.


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