miércoles, 23 de marzo de 2016

La soledad de los muertos

Aaaaaaaaaaaaaaaah, ¡me tiene hasta las narices Arturo Pérez-Reverte!!! ¿Dónde diablos tiene ese hombre las neuronas? ¿Por qué diablos se burla de las formas de expresar el dolor las personas? Si alguien enciende una vela o escribe un poema, o deposita un ramo de flores cerca de las tumbas de los asesinados, no lo hace para acojonar a los yihadistas; lo hace para solidarizarse con las víctimas, y, sobre todo, con los familiares. 

¿En qué pretende que nos convirtamos? ¿Quiere que tengamos miedo a todos los musulmanes? ¿Que nuestros niños aprendan lucha personal en los colegios? ¿Que vayamos armados? ¿Que nos convirtamos en soldados? ¿Que paguemos con la misma moneda a los que ya mueren y sufren a manos de los mismos descerebrados que nos asesinan? ¿que pongamos fronteras?

Europa no lo está haciendo tan mal. Quienes se tienen que ocupar de buscar y detener a los terroristas, lo hacen. Quienes tienen que legislar para aumentar la seguridad, lo hace. Quienes tenemos que llorar y lamentarnos por las victimas, lo hacemos. Podría hacerse mejor, si existieran más efectivos para responder a todas las advertencias de sospechosos, pero los recursos son limitados y la locura y sinrazón mucha. 

Fijarse en la posible sensiblería de la sociedad para expresar su dolor después de haber sufrido la pérdida de 34 de los nuestros, es tan ridículo como si después de recibir un disparo en el estómago se piensa: Oh, cielos, se me está manchando la camisa de sangre

Por favor, si tengo la mala suerte de ser una víctima del terrorismo, y sois religiosos, rezad una oración por mí; si sois poetas, escribid un poema en mi memoria; si sois músicos, tocad una canción para recordarme; o, simplemente, encended una vela para que el olvido no sea inmediato. Yo no os lo podré agradecer, pero seguro que reconfortáis a mi madre. 

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