jueves, 3 de septiembre de 2015

El precio del tiempo

¡Aaaaaaaaaaaah, qué cabreo tengo!

Nos equivocamos. Todos tenemos la posibilidad de equivocarnos y la certeza de que alguna vez lo hemos hecho. Cuentan mis hermanos que la señora que se ocupó de los preparativos del entierro de mi padre, antes de irse, después de haberles dedicado mucho tiempo a ultimar los pormenores, como a escoger las flores de la corona, el féretro, los rituales, etc, se despidió de ellos con una gran sonrisa deseándoles que pasaran un feliz día. La mujer se percató e inmediatamente pidió perdón alegando que llevaba varias noches sin poder dormir por culpa del trabajo (A toda la gente parece que le da por morirse a última hora de la tarde, dijo). 

Hace una semana y media uno de mis hermanos me pidió que le hiciera un ingreso en Caja Granada. Él salía de viaje y estaban a punto de cobrarle la hipoteca de un local que tiene en Loja. Los primeros días, una semana aproximadamente, estuvo en un hotel muy cutre sin Internet. Cuando se cambió de hotel y pudo comprobar el estado de sus cuentas, descubrió que le habían cobrado la hipoteca y algunos recibos más y tenía esa cuenta en números rojos. No sólo no le habían ingresado en esa cuenta la cantidad que me había dado  (500 €) sino que le habían sacado por dos veces esa cantidad. Esta mañana, con todos los extractos y documentación de la que disponía, fui a la misma sucursal e intenté hablar con la misma persona que me había atendido la primera vez que fui. Mala idea ir a las 10 de la mañana porque, al parecer, es la hora en la que suelen salir a desayunar los encargados de la oficina. Tuve que esperar media hora a que volviera y después, hasta que me enfadé, aceptar ser relegada a un segundo plano y permitir que atendieran a quienes fueran llegando. ¿Dónde habían ido a parar los 1.000 € que habían desaparecido de la cuenta de mi hermano y dónde los 500 € que había ingresado yo? Más de tres horas y media en averiguarlo (más o menos). Los 1.000 € no sé dónde estuvieron metidos, pero fueron restituidos. Los 500 € habían ido a parar a una cuenta de mi otro hermano. 

El tiempo desperdiciado en la oficina del banco me molestó, pero lo hizo aún más el que la señora se empecinara en culparme a mí del malentendido, aseguraba que sólo hizo lo que le pedí. Pero, teniendo en cuenta que no estoy en la cuenta de mi hermano, la empleada, ¿podría haber aceptado darme el dinero que le solicitaba? ¿Cualquier persona puede ir y vaciar las cuentas que no le pertenecen? (Desde que Caja Granada fue rebautizada con el nombre de Mare Nostrum, es un desastre). 

Tal vez mi tatarabuela no iba tan descaminada y el único lugar seguro donde meter el dinero, es en la alacena, en una tinaja bajo un montón de cuajos. 

2 comentarios:

  1. Es un desastre sí.
    El mes pasado no me ingresaron la nómina porque "por un error me habían bloqueado la cuenta" pero sí seguían cobrándome recibos....

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    1. Los bancos y sus trampas. En concomitancia con el Fisco y culpando a no sé qué normal europea contra el blanqueo, se han quedado con el dinero de muchas cuentas cuyos dueños no han dado señales de vida en algunos años. Y ahora bloquean todas aquellas con algún titular que no tenga el DNI actualizado, aunque la cuenta tenga a media docena de titulares y los demás sí tengan la documentación en regla. Le ocurrió a mi prima con su padre. Él tenía el DNI caducado y durante unos meses no le han ingresado la nómina. Lo ha pasado muy mal porque le han devuelto algunos recibos y estuvieron a punto de cortarle la luz.

      Supongo que tu cuenta tendrá los números muy parecidos a otra con alguien con la documentación caducada y se han equivocado.

      Lástima que en los comercios normales no vendan hoy día cuajo, porque, con el montón de errores que cometen los bancos, y de los que me estoy enterando al contar a conocidos y amigos lo ocurrido, me temo que la solución de mi tatarabuela es la mejor.

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