sábado, 27 de junio de 2015

Oídos sordos

En qué mundo más contradictorio vivimos. 

La fiscalía llama a declarar a Guillermo Zapata por sus tuits en los que hace chistes sobre el holocausto, Irene Villa y las niñas de Alcácer. No eran chistes propios, estaban entrecomillados y los puso para defender la libertad de expresión por el revuelo que se formó por unos comentarios de Nacho Vigalondo negando el holocausto en su blog de El País (por los que fue despedido). 

El que Guillermo Zapata considere humor negro unos hechos luctuosos con víctimas concretas, lo inhabilita para ser el concejal de cultura del Ayuntamiento de Madrid. Tema que debería haber quedado zanjado en cuanto dimitió a petición de la Alcaldesa. 

Pero, ¿tiene sentido la imputación de la fiscalía? Después de escribir en Google Recopilación chistes Holocausto, en menos de un segundo el buscador ha encontrado 388.000 entradas. Para ser ecuánimes la fiscalía debería imputar a cada una de esas personas cuyos hechos son semejantes (o peores por ser muchos de los chistes originales de quienes los publican) a los de Zapata. También deberían imputar a los directores de todos los periódicos que han transcrito los supuestos chistes para dar la noticia. A fin de cuentas, los hechos son los mismos, aunque el propósito inicial haya sido diferente. 

A pesar de creer que Guillermo Zapata está muy errado por encontrar humor en unos hechos tristes, lamentables e injustos, me parece que muchos lo han oído pero que pocos lo han escuchado (sólo copio unos chistes que ya pululaban por la red). Una imputación segregada es la persecución a la persona -o al partido político-. ¿Está la fiscalía defendiendo a las víctimas o al engranaje gubernamental para impedir que nuevas piezas entre en él?

1 comentario:

  1. Vivimos en una era donde ya no existen secretos ocultos, y que todo, absolutamente todo lo que se diga puede ser usado en tu contra. Los políticos lo deberían saber mejor que nadie, así que a lo mejor, hasta lo habrá hecho a propósito, algo parecido al Pato Donald, corrijo, Dolnal Trom, tomp, ton, ese mismo, con su superdeclaración: pasó de ser un nombre a una figura pública, y si sigue así, llegará facilmente a ser presidente,

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