Pero no soy creyente. No se puede culpar a ningún Dios de la voluntad de quien empuña un arma. Los asesinos que gritan Alá es grande, lo empequeñecen, lo enlodan, lo ahogan en sangre. Hoy los disparos de los integristas han herido más a Alá que a la libertad de expresión.
Absolutamente de acuerdo.
ResponderEliminarMuchas gracias. Aunque en este tema es fácil acertar: sabemos quiénes son los malos y qué los mueve a hacerlo.
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