Debería buscarme otra forma de elegir los libros que leo. Desde hace algunas semanas dejo que sea el azar el que me los imponga y estoy teniendo bastante mala suerte. Algunos ejemplos:
- Edipo Rey. Un hijo que se acuesta con su madre, que tiene hijos que a su vez son sus hermanos y que ha asesinado a su padre sin saberlo. ¿Cómo se puede conseguir que una historia tan rocambolesca parezca aburrida?
- Crónicas Marcianas, de Ray Bradbury. Este no ha sido tan aburrido, pero en los libros de ciencia ficción se espera encontrar (al menos me ocurre a mí) un ápice de fundamento, de ciencia, de realidad. Ray Bradbury puebla y despuebla Marte con cohetes que parecen viajar a velocidades superiores a la de la luz. Los cuentos son entretenidos, pero se les deberían definir como fantasiosos. Me hizo mucha gracia uno de ellos: dos personas, después de estallar una guerra nuclear en la Tierra, se quedan solas en Marte. Se hablan por teléfono y cuando se conocen, el hombre sale escopetado porque la mujer le repele (suele ocurrir todo lo contrario en las películas románticas).
- El Profesor, de Charlotte Brontë. Es increíble que sea la misma autora de uno de mis libros favoritos: Jane Eyre. Éste, el primero que escribió y que sólo se publicó después de su muerte, rezuma rencor contra los belgas. Existen dos clases de libros, los que el autor impone un pensamiento a martillazos y en los que el autor intenta sugerir al lector un pensamiento sin forzarlo. El Profesor es de la primera clase.
- La Capilla Real, La Catedral y su entorno, de Ignacio Henares Cuéllar. Pensé que sería interesante conocer más a fondo una parte de la ciudad en la que vivo; pero el libro sólo es una retahíla de datos soltados con un lenguaje pomposo y envarado.
En adelante, para mis lecturas, creo que seguiré los muchos consejos que me han dado.
Pues nada, comenzar con los Episodios Nacionales, como un folletín del siglo XIX y la historía al fondo. Entremetiendo alguna otra lectura, al menos en mi caso, entretenimiento para mas de dos años.
ResponderEliminarLo que no recomiendo, como hacen algunos, leerlos a "salto de mata". Eso no vale. Sería como seguir una serie televisiva por capítulos inconexos.
Falta me hace leer algo que requiera un mínimo de esfuerzo intelectual, o me voy a volver tan inteligente como mi cactus.
EliminarPensaba comprármelos en papel (los Episodios Nacionales), pero ocupan más de una estantería, y eso que la colección que encontré era compacta, de letra pequeñita, parecidos a biblias. Creo que recurriré a los que tengo cargados en el e-book (que van a terminar con telarañas si no los comienzo a leer pronto). Seguiré su consejo e iré por orden; intercalando uno o dos libros entre cada episodio.