viernes, 30 de mayo de 2014

Aún no

Todavía no soy libre. Qué agonía. Es como subir una y otra vez una piedra por una montaña y, a unos centímetros del pico, dejarla caer para volver a empezar. Hay montones de cosas que quiero hacer, pero de momento sólo son planes que deben esperar. Me gustaría poder salir a correr durante tres o cuatro horas, hasta agotarme, hasta conseguir que, al llegar a casa, los músculos de las piernas cimbreen, se agiten, como si tuvieran vida propia. Me gustaría poder leer durante horas, sumergirme en un libro de tal forma que el tiempo desaparezca y el mundo en el que viva es el del escritor y no en el mío. Me gustaría poder seguir con los proyectos que han quedado aparcados, sentir cómo crecen y se concluyen en lo que parece sólo unos minutos. Me gustaría poder sentarme en la terraza y saborear un helado sin prisa, dejando que el dulce se convierta en líquido en mi boca antes de tragarlo, sentir el aire cálido de la tarde, escuchar a los niños jugando en el parque, balancear la pierna apoyada en el brazo de la tumbona hasta que la circulación me haga sentir hormigueo en los dedos de los pies. Me gustaría no tener que reducir las conversaciones con mi madre a cinco minutos, y escucharla hablar de todos esos personajes de la farándula que sólo conozco por medio de ella. Y, sobre todo, me gustaría estar con Guille, sentir su cuerpo, enlodarme en su sudor hasta no ser capaz de diferenciar su olor del mío. 

2 comentarios:

  1. El castigo eterno de Sísifo: Arrastrar un enorme pedrusco hasta la cima de la montaña, caerse y vuelta a empezar. Que tormento. Pero su caso es sencillo: con vigor, conocimientos y juventud, todo se resuelve.

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    1. Qué culto es usted (no toda la gente conoce la historia de Sísifo). Menos mal que todo ha acabado (creo que mi Guille me habría mandado a paseo de haber tardado un par de días más en hacerlo. Ha sido bastante cansado e intenso (creo que no lo volveré a hacer).

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