martes, 28 de enero de 2014

Money, money, money...

Por favor, no me paguéis, que me sale muy caro. Ojiplática me quedé cuando esta mañana me encontré con esta petición de uno de los ingenieros que habían asesorado en las instalaciones especiales de los laboratorios. Se le había pagado casi todo, a medida que iba realizando el trabajo. Por la recepción y puesta en obra de las máquinas de aire comprimido, se le iba a pagar 300 euros. El hombre, sin más trabajo a la vista en un futuro inmediato, se ha dado de baja en su colegio profesional y su seguro (el equivalente a la seguridad social). Aceptar este último pago para él le implicaría: darse de alta de nuevo en el colegio, pagar una mensualidad más de su seguro profesional y pagar el 20% al fisco (el IVA va a parte). Gastar 500 euros para recibir 300.... 

Por fortuna el contable puede resolverlo cambiando las fechas de las facturas. 

Cuando el ingeniero salía de la caseta de obras, susurró: Qué asco ser autónomos (y tiene toda la razón). 

2 comentarios:

  1. Eso suele ocurrir... pero no aquí. Cuando la cosa se pone muy tediosa, se arregla bajo mesa... Seamos honestos: es muy irónico, por no decir ilógico que por aceptar una suma de dinero, debas pagar una aún más alto, eso sólo significa que irremediablemente estás en la ruina!

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    1. Aquí también somos muy dados a utilizar la contabilidad B (es decir, la que no pasa por el diezmo del fisco). Es como si incitaran al delito con este sistema de cotización. Para trabajos tan pequeños, debería existir un sistema por el que no fuera necesario cotizar a la seguridad social o a los seguros profesionales igual que si se cobrara una gran suma. Es ilógico.

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