miércoles, 15 de enero de 2014

Los protegidos

Cuando eres una arquitecta novata, recién salida de la universidad (en la que debería haber un curso intensivo de Aprendizaje a la Sumisión), piensas que los profesores te arrojan a un mundo feliz, justo y ecuánime. Sobran unos meses enfrentándote a a la realidad para conocer la verdad. Ni siquiera es una selva donde cada uno lucha con uñas y dientes por robar la comida a su compañero. Siempre están los protegidos. Un grupo de personas que sin méritos propios, pero con mucha ayuda externa, consiguen lo que se merecen otros. Ocurre con los concursos. Recuerdo las esperanzas que tenía cuando leía en la página web del ayuntamiento o en la del colegio de arquitectos el concurso de algún aparcamiento o geriátrico y se lo llevaba entusiasmada a mi jefe. Siempre aceptaba y lo hacíamos, aunque él, que era perro viejo, sabía que no ganaríamos. Supo de antemano, en los cuatro concursos a los que nos presentamos, quién iba a ganar (estudio, nombre, apellidos, equipo de arquitectos). Nunca se equivocaba. Cuando le pregunté (bastante cabreada) por qué nos presentábamos si sabía que no teníamos ni una posibilidad de ganar, me respondió que era un ejercicio para forzar a nuestra imaginación y hacer arquitectura de verdad (aunque estuviera destinada a no pasar del papel a la realidad).


Estos días estoy entusiasmada. Primero fue la sinrazón (un ridículo aparcamiento subterráneo de lujo en un barrio de clase media; un bulevar de 8 millones de euros en mitad de la crisis), luego fue la lucha (manifestaciones pacíficas, adoquines invadiendo el espacio donde deberían estar las máquinas, rabia, contenedores ardiendo, enfrentamiento con la fuerza de la autoridad) y al final, como si se tratara de una película, el alcalde recula y gana el pueblo. 

Pero la realidad no acaba cando los buenos ganan. ¿Por qué tanto empeño en hacer algo que los vecinos no querían? ¿Por qué diseñar un aparcamiento tan ridículo (200 plazas) en un lugar donde son necesarias más? ¿Por qué obcecarse y tardar tanto en salir del error? 

Si fuera una ingenua y no estuviera tan quemada como la pipa de un indio, estaría feliz al pensar que por una vez el pueblo ha ganado a una dictadura disfrazada de democracia. Pero soy gata escaldada: en adelante, miraré con regularidad el Boletín Oficial de la Provincia de Burgos, en busca de la obra que sustituya al frustrado bulevar porque no pueden decepcionar a los protegidos ni perder las comisiones que una obra inflada hasta la vergüenza estaba destinada a proporcionar.

2 comentarios:

  1. Y yo creía que sólo pasaba en mi país, y me refiero a todas los aspectos mencionados: protegidos, proyectos que quedan en papel porque otros ya están "enganchados", y proyectos sin sentido. Aunque no lo creas, en una ocasión nos tocó a la empresa, que presta servicios de proyecto e instalaciones mecánicas, a remodelar unas casas alquiladas que sirven como sedes a los institutos de identificación. ¡Entes del gobierno en casas alquiladas! ¡y contratan mecánicos para remodelarlos! Yo en lo personal disfruté bastante el trabajo, pero hay que ser honestos, no tiene sentido.

    Ahora lo que aquí se ha perdido es la disposición a protestar. hace 10 años, por cualquier cosa la gente protestaba, marchaban, de manera cívica, pero lo hacían. Ahora simplemente se limitan a rezongar y a criticar a través de redes sociales, como si eso les interesara al gobierno. Yo la verdad no debería estar opinando, ya que soy de los que se queda callado, pero me choca la gente que ni se calla ni actúa. Por cierto, recuerdo que mencionaste que tenías un ejército, algún día me lo presentas?

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    1. Dentro de muy poco entrará en vigor en España una ley que permita hacer (por ejemplo) a un ingeniero una obra de restauración de una vivienda protegida históricamente. Hasta ahora existía una diferenciación muy clara en los trabajos que cada técnico podía hacer. Es una locura y un despropósito que va en decremento de los derechos de los promotores. Pensaba que éramos el único país que sufría este problema. Esperemos que el ejemplo no pase a la medicina y se le permita a un bedel hacer una operación de fimosis.

      Aquí parece que protestamos cada vez menos, en parte porque somos gatos escaldados y sabemos que sirve, por lo general, para nada.

      Mi ejército está compuesto por una míriada de compañeros descontentos y cabreados con la situación. Se encuentran esparcidos por todos los foros de arquitectura.

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