lunes, 20 de enero de 2014

La estrategia del buñuelo

Risas, cabreo... Esta mañana empezó muy temprano, antes de lo esperado. Mi madre está convencida que todos tenemos su mismo horario, y no ve problema en llamar a quien se le antoje aún cuando no ha asomado el sol por el horizonte. Ni siquiera quiso darse cuenta del tono ronco de mi voz, de recién despertada. No era nada importante. Le había hecho gracia la carta recibida del Ministerio de Hacienda, clases pasivas, donde le informaban que este año le han subido la pensión 1.20 €. Al menos en esta ocasión no le han subido las retenciones, como el año pasado (al final terminó cobrando menos que el anterior; a su bolsillo llega menos dinero que en 2.012). Se cabrea. Dice: Te suben una miseria y te lo anuncian a bombo y platillo; te meten un impuesto nuevo, y tienes que mover cielo y tierra para saber a qué corresponde (en el cementerio de Granada pusieron un impuesto parecido al Ibi de los nichos, asegurando que es para la limpieza). 

Mientras reunía las ganas suficientes para ser vomitada por la cama, eché un vistazo a El País digital. Un cardenal español asegura que la homosexual es una deficiencia (¡manda huevos!). A Pere tal afirmación, viniendo de quien viene, le es indiferente; pero no ocurre lo mismo con mi primo Miguel Ángel. Mi tía es muy religiosa. Todos conocemos la inclinación sexual de mi primo, menos ella. Siempre ha estado muy delicada de salud, y es preferible ocultárselo. Aunque es posible que sí lo sepa, pero no quiera enterarse. 

Cuando volví de la visita a la obra y salí a la compra, al pasar ante el bazar asiático que hay en la calle Agustina de Aragón, vi sus persianas bajadas, menos la de una de las puertas. Llevaban semanas amenazando con cerrar: Liquidación por cierre. Llegué a pensar que se trataba sólo de una estrategia para vender más. La persiana que estaba levantada mostraba un espacio extrañamente amplio, lleno de estanterías vacías, monocromático, sólo blanco. Me pregunto adónde irán ahora. Una de las vendedoras hablaba tan perfectamente el castellano, con acento andaluz, que es fácil adivinar que sus raíces están en este país.  

Entre tanto los políticos aseguran que la cosa va mejor, que avanzamos hacía la recuperación (aire, en realidad). Pero si miro a mi alrededor, incluso en los derechos sociales, es como si hubiéramos viajado en el tiempo a una época remota de dictadura e imposición de una ética religiosa. 

2 comentarios:

  1. ¿A quién le importa lo que diga un viejo carca?

    http://blogs.elpais.com/apuntes-cientificos-mit/2014/01/quienes-deben-curarse-son-los-homofobos-no-los-homosexuales.html

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    1. Por desgracia, a mi tía, que es muy creyente (o beata, término que me da la sensación que también incluye la idea de ser supersticiosa).

      Gracias por el enlace, también se lo he mandado a mi primo y le ha gustado mucho leerlo (está hasta las narices que consideren un problema o enfermedad su sexualidad -algo que no puede evitar ni ha sido de su elección-).

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