miércoles, 4 de diciembre de 2013

La danza de los gusanos

La oscuridad le sienta bien a los gusanos. Dejé un plato lleno de castañas en la alacena. Siempre que se va Guille, para matar el tiempo, para encubrir esos ratos que solía pasar con él, me pongo a limpiar. Tres gusanos habían salido de las castañas y estaban en la porcelana blanca, enormes, redondos, amarillentos y rollizos. Con la luz repentina, se quedaron quietos, fingiendo estar muertos; pero revivieron de inmediato, en cuanto creyeron que no había peligro. Es graciosa la forma que tienen de moverse, de rectar sin ninguna parte a donde ir, de hacerse una pelotilla si en su angosto universo cualquier movimiento se convierte en un posible cataclismo. 

Cuando los gusanos dejaron de divertirme, dudé en si debía aplastarlos (jugo de gusanos -me pregunto si la repugnancia que tenemos por esos bichos, es un sistema de protección-). El plato se habría convertido en el del cementerio de los gusanos, y no habría vuelto a utilizarlo. Es un plato por el que siento mucho cariño: perteneció a mi abuela. Nos lo trajo lleno de carne de membrillo hecha por ella. Estuvo desde entonces en casa de mi madre y hace poco me lo mandó con un trozo de tarta de queso (creo que no recuerda su origen).

Sólo las culebras le repugnan más a mi madre que los gusanos. Quiere que la incineren por miedo a despertar dentro del ataúd (es claustrofóbica) y por el asco que le da pensar que va a ser devorada por esos bichos tan asquerosos. Aunque comemos angulas, y poco diferencia hay; y caracoles, aún más repulsivos con esos mocos que exudan.


Siempre es preferible que nos coman ellos a comérnoslos nosotros


Los gusanos fueron a parar, junto con todas las castañas, envueltos en un papel de cocina, a la basura. Espero que tengan un vida larga y saludable (tan larga como la pueda tener un gusano). Seguro que la putrefacción de la basura del estercolero los mantiene calentitos. ¿Un gusano podrá sobrevivir en un ambiente lleno de metano?

2 comentarios:

  1. Puaj, puaj... y mil veces puaj. Lo expreso así solo por ser comedido. Me repugnan esos bichos, aunque comprendo que son necesarios en el ciclo bilógico, pero coincido con su madre: ¡Que me incineren!

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    1. Sí, son realmente asquerosos, con sólo imaginar que rectan por la piel, ya se eriza el vello. Lo más curioso es que casi todos los gusanos son más repugnantes que dañinos. Aunque, cuando vivía en un destacamento de aviación, campo por todas partes, había unas orugas llamadas procesionarias a las que no nos dejaban acercarnos porque aseguraban que si nos caía uno de los pelillos que tienen esos bichos, nos quedábamos ciegos. Nunca lo supimos porque nadie terminó con un pelillo de esos en los ojos. Le teníamos mucho respeto, pero a la vez nos divertíamos mucho intentando que los bichos se siguieran unos a otros en círculo (las movíamos con palos). En aquellos tiempos, seguro que ninguno hubiéramos sido aceptados como miembros de Greenpeace.

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