jueves, 17 de octubre de 2013

Pereza

El sol en la terraza aún calienta, aunque hoy está nublado. Es como si la calima enturbiara el aire . La imaginación hace creer que hay un mar al otro lado de los edificios que tapan el horizonte. Un mar muy cercano y presente, como en el piso de Barcelona. Apetece tumbarse un rato sobre las losetas rojas después de comer, no hacer nada, escuchar a lo sumo la música que el azar del reproductor impone. Entra sopor, pero no sueño porque los ruidos de la calle lo impiden. En la acera de enfrente está rehabilitando un local. Aún no hay carteles de Próxima apertura de... Me dan ganas de asomarme a la barandilla y gritarles que no se esfuercen tanto, que cualquier negocio quebrará en menos de medio año. Tanto esfuerzo para sólo conseguir una decepción. 

Es extraño este tiempo. Aún apetece estar en el exterior. La temperatura es agradable. Se pueden comer castañas. Me asomo a la ventana del Skype y Guille va con manga larga, y también come castañas. Yo las meto en el tostador porque en el microondas explotan como palomitas de maíz. A él se las prepara su madre. Lo mima como si fuera un crío chico, y él se deja mimar. Aquí se puede deducir a qué hora se levanta la gente dependiendo de cómo vayan vestidas: los madrugadores, con ropa de invierno, quienes la pereza o el trabajo nocturno les hace salir de la cama pasada la media mañana, de verano. 

A última hora de la mañana mi prima Ana se asomó a la ventana del Skype. El marido la había sustituido por una cría de 23 años. Todos vaticinábamos que esta pareja duraría menos de medio año, pero me informa que hace una semana que han roto. Me entró pánico: ¿No pensarás volver con él? Se rió con desgana. Estoy por escribirle una carta de agradecimiento a La Cría (es como conocemos a la exnovia de mi exprimo político). De menudo tío perezoso me libró. No imaginas lo agradable que es disponer de tu propio tiempo

2 comentarios:

  1. Frente donde vivo está ocurriendo un caso similar, me han informado que van a abrir un "chino", pero que no van a ser chinos, sino varios jóvenes españoles. Llevan varios días faenando con tesón, ya tienen puesto hasta el rotulo "Los amigos". Tanto afán e ilusión y me temo que en unos meses todo terminará en decepción, sino en ruina. Me apenaría que así fuera. ¡Quisiera equivocarme!.
    Ya recuerdo el caso de su prima Ana. Cosas se ven... Por supuesto, las componendas nunca dan resultados.

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    1. Aquí, en Granada, es una pena, un día compras algo interesante en cualquier comercio nuevo, al cabo de unas semanas vuelves para repetir, y te encuentras con la persiana bajada, llena de polvo y un tropel de cartas del banco acumulándose en el suelo del local completamente vacío.

      Sería una pena que mi prima volviera a caer en los brazos de ese zángano. Pero se cometen muchos errores de esa clase, más movidos por la inercia y la monotonía en la forma de vivir que en el amor (aunque se diga que éste es ciego).

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