miércoles, 11 de septiembre de 2013

Sueltos de la mano

Menudo disgusto tiene mi suegra por la cadena humana que se ha formado en Barcelona. Lleva toda la vida viviendo en el barrio de Sants. Su acento es tan cerrado que incluso cuando habla castellano, parece que lo hiciera en catalán y sólo la imposición de la costumbre añeja de hacer que los hijos se llamen como los padres, ha conseguido que sus vástagos tengan nombres españoles. Ni siquiera La Moreneta es más catalana que ella. Cuando tiene que defender la cultura catalana, lo hace con uñas y dientes (lo que para ella significa mostrar una falta de cortesía que es completamente extraña a su forma de ser). No comprende que fuera de Cataluña se tenga tanta aversión a quien habla en catalán (una lengua materna que enriquece el patrimonio lingüístico de España). Y se ríe con amargura de los padres que se obstinan en que sus hijos no estudien en catalán en los colegios, porque, a la larga, sólo conseguirán que esos niños estén en desventaja con quienes sí lo han hecho, si siguen viviendo en esa tierra. Pero en su mente no cabe que tantos vecinos suyos quieren independizarse de España, en un mundo donde es evidente que la fuerza la tienen los más grandes (como EEUU y China). Si Cataluña se independiza, teme que se convertirá en un país como Mónaco o Andorra: un grano anecdótico sin ninguna entidad en el mundo. 



Yo simplemente creo que éste no es el momento para pedir la independencia, y que de producirse en un futuro inmediato, muy pocas cosas cambiarán. 

6 comentarios:

  1. Pues a mí no me importaría ser ciudadano de Mónaco, Andorra, Luxemburgo o Finlandia ya puestos.

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    1. A mí me encantaría tener los medios económicos que me permitieran vivir en Mónaco, pero no vivir allí (tiene que ser claustrofóbico). Y en Andorra, un par de semanas en invierno (por eso del deporte de la nieve) pero no más.

      Por supuesto, no creo que Cataluña se hunda si consigue la independencia, tampoco España. Creo que todo seguirá igual. Después de Cataluña querrán independizarse El País Vasco, Galicia, Andalucía... Y todas las provincias independientes necesitarían asociarse para tener más fuerza internacionalmente.

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  2. He convivido con catalanes durante bastante tiempo, más cercanamente los dos años a bordo del buque de guerra. Nunca tuve aversión a la lengua catalana, es más, le pedía a un compañero que me "parlara catalá" para aprender, aunque era consciente de no ser lo habitual.
    Respeto su cultura y es libre el sentimiento de sentirse o no español, pero me pregunto: Caso de consulta popular en cataluña, ¿si ganan los independentistas por un 55 a 45, por ejemplo, que pasaría?. No se puede abligar a un 45 p.c. a renunciar a su españolidad. El resto de España debería apoyarlos. Es un contrasentido que después de 500 años se vuelva atrás, como piensa Albert Boadella y muchos más.
    No quiero profundizar más en este tema, solo decir que, muchas veces son más independentistas los de origen foráneo, como pasaba en el País Vasco.
    Con su pan se lo coman.

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    1. Es muy contradictorio lo que ocurre con el idioma catalán. Todo lo que nos enriquece, y todos los idiomas lo hacen porque tomamos palabras de ellos, deberían protegerse, sin embargo hay grupos de personas que sienten aversión si escuchan hablar en catalán, lo que no les ocurre si escuchan a dos ingleses hablar en su lengua materna, aunque sepan español y estén en España. Luego están los que como usted, y mi sobrina, que tiene 12 años, están con la mente y los oídos abiertos, dispuestos a aprender todo lo que se les presente.

      Yo también creo que es un error la independencia. En el caso de darse un 55 a 45, me temo que ese 45 deberá amoldarse a lo que quiere la mayoría (a eso se le llama Democracia: a aceptar los errores de las masas -bueno, esto último sólo es una exageración-).

      Lo que pienso que sería un error muy grave es que en este momento hubiera un plebiscito sobre la independencia. La gente no votaría sobre este tema, la gente votaría por salir de un país plagado de corrupción y crisis.

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  3. He pensado "mojarme" un poco más en el tema. Pienso en la corriente IBERISTA, la unión ¡VOLUNTARIA! de España y Portugal, lo que fue HISPANIA. En todo caso partidario de las tendencias UNIONISTAS, no de las SEPARATISTAS, a las que solo veo un fondo de egoísmo. Consciente de que para ello los pueblos deben ser tolerantes y respetuosos entre sí. Tal vez lo que expreso sea una "quimera", pero es mi libre pensamiento.

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    1. Nuestro país está lleno de tópicos que son aceptados como verdades universales. En Cataluña muchos piensan que Andalucía es un lastre lleno de vagos que sólo quieren vivir del cuento. Incluso mi suegra lo piensa, a pesar de conocerla bien gracias a mi marido y a mí. Cualquiera querría deshacerse de una sanguijuela y ésta es la idea que a los políticos independentistas les conviene mantener y lo hacen basándose en bastante mentiras. Pero me temo que si hubiera un político que dijera la verdad, no sería creído.

      Puede que sólo pretendan una revisión de los estatutos de las autonomías con mayor independencia. Espero que nadie intente imponer su postura utilizando la violencia.

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