domingo, 2 de junio de 2013

El sueño perfecto


Ocurrió el 1 de mayo de 1947. Supongo que asía los collares con la mano porque durante la caída desde 320 metros le debían de golpear en la cara. No es una foto trucada. La sacó un estudiante de fotografía (Robert Wiles) cuatro minutos después de que Evelyn McHale aterrizara sobre el techo de una limusina: se acababa de tirar desde la planta 86 del Empire State. Eran las 10:30 de la mañana y había vuelto de celebrar el 24 cumpleaños de su novio (ella tenía uno menos), quien vivía a 106 Km de New York. En el mirador de la planta 86, desde el que se tiró, encontraron una gabardina perfectamente doblada (detalle de los suicidas: siempre ponen orden en lo que dejan atrás) y una nota de suicidio. La nota, entre otras cosas, decía: Él está mucho mejor sin mí... yo nunca seré una buena esposa para nadie". Aunque el novio lo negó, parece que el suicidio fue consecuencia de una riña con él, y el tiempo que tuvo para rumiar su enfado e ingeniar una venganza durante esos 106 Km; porque, sin duda, matarse tenía el propósito de castigar al novio.

Muy bello el cadáver, muy romántica la supuesta decisión de dejar libre al hombre para el que creía no ser lo suficientemente buena, pero... ¿a esta insensata no se le ocurrió pensar que con su caída podría haber matado a alguien cuyos deseos eran los de permanecer en este mundo durante muchos y muchos años?

2 comentarios:

  1. ¡¡¡OHHH!!! ¡Nueva York! Ciudad que nos fascinó a mi mujer y a mi cuando estuvimos allí en el 2010.
    Por supuesto subimos hasta la plana 86 del Empire State, pero comprobamos que todo el recinto exterior estába protegido con cristal, o tal vez metacrilato, el caso que dispone una barrera de seguridad para evitar casos similares. Con más motivo ocurrirá lo mismo en la planta 102, que también cuenta con visita pública.
    También en el campanario de la Giralda pusieron un sistema protector de rejas por disposiciones del cabildo a mediados de los años 80 y por lo que dijo un canónigo, no evitarían que el suicida consiguiese su propósito, pero que no se "llevara por delante" a algun inocente turista o paseante. Pensaría y con razón: ¡Joé! que vayan a matarse a otra parte. He escuchado que antaño se dió algún caso, pero por tradición oral. Antes había otra medida: No permitían la subida a una sola persona, pensando que el suicida no quiere compañia.
    Pienso que, por lo general, a una persona que piensa quitarse la vida, no le preocupa la de los demás.
    Muy lamentable llegar a ese extremo y actualmente al menos los sepultan en el cementerio normal, pero antes, si no era como favor eclesiastico, eran apartados y encima arderían en el infierno eternamente, por haberse quitado la vida que le había dado Diós. Los "fabricantes de angustias". (Los hubo en muchas religiones). Fueron los mayores terroristas de la historia de la humanidad, menos mal que parece que ya ni la Iglesia Católica concibe un castigo eterno, cuando nadie puede hacerse idea de que es la eternidad.

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    1. Yo aún no he visitado New York. Hasta hace poco estaba demasiado influenciada por las películas. Imaginaba que en cualquier callejón oscuro podía encontrar un pistolero dispuesto a acabar con la vida de los turistas incautos.

      Un buen lugar para suicidarse es tirándose de un puente (donde haya agua abajo). Las probabilidades de que pase alguien por debajo a la hora de caer, son remotas (como hizo Tony Scott -al parecer porque tenía cáncer-).

      La Iglesia Católica siempre ha sido muy dada de dejar de lado a los más débiles, Y la familia de un suicida lo debe ser porque se siente culpables de no haber podido haber evitado la muerte de alguien cercano. Menos mal que la situación está cambiando poco a poco.

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