viernes, 24 de mayo de 2013

Redescubriendo a Loli

Hoy hemos estado casi todo el día en casa de mi madre. Le hemos ayudado a vaciar de trastos dos habitaciones que tiene en el patio y que servirán durante los meses que tarden en reformarle la vivienda, de apartamento improvisado a una de sus amigas. Después de vaciarlas, las hemos pintado de color lavanda. De amueblarlas, se ocuparán mis hermanos. Pepita, la amiga de mi madre, fue nuestra vecina durante un año y pico en Tablada y luego volvimos a coincidir en la Base Aérea de Málaga. Su hija Loli y yo éramos inseparables, compartíamos todos los descubrimientos y secretos morbosos que pueden tener dos adolescentes con una libertad inapropiada. Ahora sólo somos dos desconocidas. Ni siquiera he sabido reconocerla en las fotografías de su boda. Era una niña huesuda y menuda y se ha convertido en el prototipo de andaluza, con la cara saturada por los ojos muy grandes y los labios carnosos, el pelo moreno, largo y un lustre de fruta limpia en la redondez de los hombros desnudos. Pepita condensa todos los años de separación en pocas frases: Loli se fue a Madrid a estudiar empresariales en una universidad bilingüe, pero tuvo que dejarlo porque al tercer año no consiguió beca. No quiso volver a Tablada y se quedó en Madrid, trabajando en una tienda de accesorios femeninos. El hijo del dueño se enamoró de ella y se casaron.

Cuando volvíamos a Granada, recibí una llamada. Era Loli. Quería agradecernos las molestias que nos estamos tomando por su madre. Incluso su acento es extraño. Los cinco primeros minutos fueron incómodos. ¿De qué pueden hablar dos desconocidas? Hasta que empezamos con los Te acuerdas de... 

2 comentarios:

  1. Cuanta verdad en todo lo expuesto y eso que supongo que ese "vacio" es solo de 15 o pocos años más. En mi caso lo compruebo con cierta frecuencia, pero aumentado en muchos años y te das cuenta que cuando una amistad se ha "roto" hace mucho tiempo, aunque sea por el devenir de la vida, tiene difícil "costura". Se puede reiniciar un tiempo mientras dura eso el: Te acuerdas..., pero luego compruebas que hay un profundo pozo de desconocimiento que es casi imposible de rellenar. Vivimos del presente y del "roce" diario.

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    1. Algunas amistades la distancia sólo hace que se tomen una tregua. Es suficiente con iniciar una conversación para seguir como si el tiempo no hubiera pasado. Pero tiene razón, en este caso la amistad se ha roto del todo. Hemos tomado caminos completamente divergentes. Ella se ha convertido en una señora pija con aspiraciones y yo en una medio progre. Es curioso: dos de los muchos personajes que solíamos criticar cuando éramos adolescentes.

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