martes, 23 de abril de 2013

Sola

Reunión de vecinos. Es una agonía asistir a ellas sin la compañía de Guille. Trapos sucios de gente que no conozco. Trapos sucios de gente que sí conozco y que preferiría seguir ignorando. Un gallinero. Todos cacarean a la vez y no se entiende a nadie. Un único punto en el orden del día: Quieren echar a la vecina del bajo. La señora tiene síndrome de diógenes. Aunque sus hijos vienen muy a menudo y limpian la casa, huele mal. Algunos vecinos tienen miedo de que tanto peso haga colapsar la estructura. Les intento explicar que por el sistema constructivo de nuestro edificio, de romperse alguna parte de la estructura, sería el suelo, el forjado se caería al sótano, pero sólo el de su casa de esta señora. Uno de los vecinos me lo rebate, pero no tengo ganas de explicárselo con detenimiento. 

Fuego. Es lo que ha hecho saltar las alarmas. Lo que hizo tener una reunión al mediodía (cuando todos estamos agotados del trabajo y de malhumor). Era el único momento libre en los locales del barrio, donde se hacen las reuniones. El sábado por la tarde hubo un pequeño incendio en la casa de la señora del bajo. Produjo más miedo, humo y escándalo que desperfectos. Un ladrón sobrecargado. Lo apagaron con un barreño de agua. Dudas durante toda la noche. ¿Qué debía votar? ¿Que la echaran por ser un peligro? Pero no es culpa de ella tener tal comportamiento. ¿Que no la echaran? ¿Y si hubiera un incendio más grave y muere alguien? Hasta que no amaneció no me di cuenta que no necesariamente todo tenía que ser negro o blanco. Supongo que lo hice sabiendo que iba a perder, pero para tranquilizar mi conciencia. Propuse que exigieran al dueño del piso (es alquilado, yo pensaba que lo tenían en propiedad) poner un sistema de detección de incendios adecuado. Esta señora me recordaba un poco a mi madre, cuando una vecina se empeñó en creer que era nocivo que mi madre tuviera las cenizas de mi padre en el dormitorio. Sólo yo voté mi propuesta.

2 comentarios:

  1. Creo que ya te he comentado que en USA hay un programa de televisión que se dedica a visitar las casas de gente con este síndrome, en inglés se les llama "hoarders". Hay muchísima gente con ese trastorno, no sé por qué será. Algunos se escudan tras un falso coleccionismo. Es terrible.
    Yo creo que tu propuesta era bastante razonable, por lo menos para empezar con algo que no sea demasiado drástico, como echar a la mujer. ¿Adónde iría? Verdaderamente, hay vidas trágicas.

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    1. Los norteamericanos tienen programas muy extraños (que hemos heredado). Esta semana tengo en casa a mi madre. Cada hora de cada uno de sus días está relacionada con un programa de la TV. Algunos son tan raros como la subasta de trasteros que la gente no reclama o un señor que es capaz de zamparse platos gigantescos de comida. El de Hoarders aún no nos ha llegado (pero de momento, fijo que también será una de nuestras herencias).

      Ya han hablado con el dueño del piso del bajo. Al parecer no será tan fácil echar a esta señora porque tiene firmado el contrato por un años más. Si la echa, tendrá que pagarle una compensación que el dueño exige que sea la comunidad quien lo haga, por no ser él responsable de la ruptura de contrato. Los vecinos dicen que no, que le corresponden al dueño y amenazan con una demanda. Ahora algunos vecinos ya no ven tan disparatada mi propuesta y quieren celebrar otra asamblea.

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