domingo, 2 de diciembre de 2012

Sin conciencia o inconsciente?

Guille no ha vuelto. Debería haber regresado el lunes por la noche, pero un trabajo lo retiene en Barcelona. Es  más complicado adaptarme ahora a su ausencia que cuando venía sólo para los fines de semana. Me había acostumbrado a su constante presencia y cuesta mucho llenar los espacios de tiempo libre. Doy interminables caminatas que ya me han hecho romper un par de zapatillas de deporte y he vaciado las estanterías de los documentales del videoclub. Ayer vi uno muy interesante sobre la amante de Hitler. (Eva Braun en la intimidad de Hitler -también se encuentra en youtube-). Es una recopilación de las grabaciones que Eva Braun hizo como vídeo aficionada. No sé por qué extraña razón pensaba que la amante de Hitler había sido una afamada directora de cine, una mujer madura, sofisticada y culta. En realidad sólo fue una cría moldeada al gusto del Führer. La conoció y convirtió en su amante cuando aún era menor de edad. Acabada de salir de un colegio religioso, tenía en la cabeza la idea de querer ser actriz (¿o famosa?). La principal desgracia de Eva fue parecerse a Geli, la sobrina de Hitler, de la que parece está enamorado, y con la que mantiene una relación tan asfixiante, que Geli termina suicidándose.

Cuando Eva y HItler se conocen, él aún no es el genocida en el que se convertirá más tarde. Esos pocos años sobraron para que Eva se adaptara a la buena vida que el Fühler le proporcionaba (vacaciones, casas de lujos, aviones privados, ropa cara...). En Eva no existe el paliativo de la ignorancia para intentar comprender la admiración que siente por el dictador.  Cuando su hermana mayor Ilse muestra abiertamente su antipatía por Hitler, Eva le advierte que si no cambia, será mandada a un Campo de Concentración, y ella no podrá hacer nada. Es comprensible la animadversión que Ilse siente por Hitler: era ayudante y amante de un médico judío, el mismo que salvó de morir intoxicada por un bote de somníferos en 1935 a Eva cuando intentó suicidarse porque el Fühler parecía tener otra amante.

Supongo que nunca se sabrá si Eva Braun fue una inconsciente, que no tenía la capacidad de comprender lo que significaba un genocidio -una niña que fue aleccionada para mirar y no ver- o alguien sin conciencia que a cambio de una vida cómoda, le traía sin cuidado lo que hiciera su amante. Aunque también tenemos una tercera posibilidad: que aún sabiendo lo que ocurría en los Campos de Concentración, creyera, como su amante, que estaban haciendo un bien a la sociedad, o a Alemania.

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