domingo, 6 de mayo de 2012

Dos paralelas convergentes

(Nota informativa: Mis opiniones literarias tienen el mismo interés que la ventosidad de una hormiga para el enriquecimiento del metano del planeta).

Estoy leyendo El Espía, de Justo Navarro. La lectura avanza rápidamente, sin apenas darme cuenta. Es lo que ocurre con los libros que gustan, aunque este, al menos para mí, no es uno de los mejores de Justo Navarro. Demasiados datos condensados. Se echa en falta un respiro, un alto en el conglomerado de hechos históricos, donde el personaje se humanice un poco. Pero en ese caso, tal vez nos demos cuenta cuál es la realidad de la novela, donde se narra la vida de Ezra Pound durante la Segunda Guerra Mundial. Admirador de Mussolini,  antisemita y aplaudidor de las ideas de Hitler, en todo momento queda ambiguo si el poeta es un ser patético cuya sensibilidad sólo le sirve para reflejarla de forma artificial en el papel o en realidad fue un agente doble, aunque EEUU lo acusó de alta traición.

Me es inevitable encontrar paralelismos con La Noche de los Tiempos de Antonio Muñoz Molina. A pesar de tratar una de la Segunda Guerra Mundial -la de Justo Navarro- y la otra la Guerra Civil Española, en ambos el personaje principal se encuentra inmersos en una situación de monotonía rota por culpa de la guerra.

Tampoco la novela de Antonio Muñoz Molina ha sido una de las que más ha gustado del autor. La gente prefiere Sefarad o El Jinete Polaco. Yo me inclino por Plenilunio (creo que la leí en el momento adecuado y con la edad adecuada). Y, no por ir contra la mayoría, sino, creo, un poco influenciada por la profesión del personaje principal, La Noche de los Tiempos también puedo considerarla una de mis favoritas. La gente se queja de su extensión. Cuatrocientas o quinientas páginas (no recuerdo bien) para contar la huida de Ignacio Abel: de su esposa cornuda y melodramática, de la guerra civil, de la familia política; dejando atrás dos hijos y yendo en busca de la amante que escapó en cuanto pudo de la guerra. ¿Pero qué importa la extensión de los libros de AMM si cada una de sus frases son como trozos de sandía en verano?

Ahora shhhhhhhh, que voy a seguir leyendo

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