miércoles, 18 de abril de 2012

El verdadero valor del dinero

Mi tita Ana tiene una pensión de 500,00 € mensuales (supongo que será de las más bajas que existe en este momento). Tiene sus pequeños achaques que le hace imprescindible tomar una serie de medicinas. Sin ellas su calidad de vida sería peor, o simplemente nula, porque habría muerto. 

Medicinas que componen su botiquín, frecuencia con las que debe comprarlas y su precio:

- Para la tensión 1.5 cajas al mes, precio: 26€ c/u = 39.00 €
- Para la digestión 2 cajas al mes, precio: 40€ c/u = 80.00 €
- Para los bochornos 1 caja al mes, precio 18€ c/u = 18.00 €
- Para las varices 5 botes al mes, precio 10€ c/u = 50.00 € 

Total: 187.00 €

Ahora el gobierno español quiere que los pensionista paguen un 10% del coste de las medicinas que les recetan, con un tope de 20 € mensuales. Así que mi tía tendría que pagar 18.70€ todos los meses. ¿No es mucho? ¿Eso parece? Con una sencilla regla de tres averiguamos que paga de medicinas (los meses que una gripe o alguna otra dolencia más grave no lo incrementa) un 3.74 % del total de lo que gana... ¿sigue sin parecer mucho?

Extrapolemos los gastos a un suelto más o menos normal. La gente que conozco ganan entre 1500 y 4000 euros aproximadamente. De media serán unos 2500 €. El 3.74€ de 2500, con otra simple regla de tres, obtenemos que son 93.50 €... ¿sigue sin parecer tanto?

Si a una pequeña pensión se le quita una cantidad que parece ridícula, simplemente se la está convirtiendo en miseria. 


2 comentarios:

  1. El problema de tu tía y el de tantos otros pensionistas no es la cantidad ridícula que tendrían que pagar por los medicamentos sino la cantidad ridícula que reciben de pensión.

    Habrá que estudiar la manera de que el copago no afecte a las personas con rentas insuficientes, pero creo que se trata de una medida muy necesaria. Y no sólo por la crisis económica. Aunque la economía estuviese en una situación boyante el copago me seguiría pareciendo una medida acertada.

    Desgraciadamente la gente no valora lo que es gratis (o lo que le sale gratis. O lo que piensa que le sale gratis, mejor dicho). Este año tengo alumnos matriculados en el bachillerato de adultos que faltan con frecuencia a mis clases (gratuitas, of course) y al mismo tiempo están pagando clases particulares (bien remuneradas) para poder aprobar la asignatura. ¿Alguien me puede explicar ese dislate?

    Y tengo la impresión de que este desperdicio de recursos (puesto que "son gratis") es más frecuente en la sanidad:
    http://carmesi.wordpress.com/2012/04/11/ajustes-o-recortes/

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  2. ¿Pero, ves justificado esta forma de co-pago de los medicamentos? Por supuesto que el ideal sería que la pensión de mi tía fuera superior, pero eso no va a ocurrir. Ella pagará un 10% del medicamento, una persona activa con un sueldo de 2500 pagará la mitad de lo que cuesta el medicamento. En el caso del ejemplo con los medicamentos de mi tía, sería exactamente el mismo tanto por ciento del total de sus sueldos, a diferencia de que los medicamentos que necesita una persona activa y relativamente joven, son muchos menos que los que requiere ella (por ejemplo, el mes pasado en mi casa sólo se consumieron un par de paracetamoles -dos pastillas, no dos cajas-.

    En lo que no se valora lo suficiente lo "supuestamente gratis" tienes toda la razón. Pero en relación a los medicamentos, hay que tener en cuenta que se necesita la firma de un médico para obtenerlos. Tal vez esté en ellos la responsabilidad de decir que "no" a algunos pacientes que se obstinan en seguir tratamientos que no les corresponde.

    Me he reído mucho con el ejemplo que has puesto escrito por Paco Traver, sobre todo porque hace unos días empecé a escribir una entrada titulada Urgencias: club social. Acompañé a un operario que se había accidentado (un golpe en los genitales con unos tablones) en un pueblo de Granada, al centro de Salud, donde atendían urgencias, siempre que no fueran muy graves. Esperé al operario en la sala de espera de la parte ambulatoria. Había un grupito de señoras que estaban esperando a ser atendidas, pero en realidad parecían estar simplemente de cháchara las unas con las otras, siendo la consulta del médico sólo un "accidente" que debían satisfacer para tener la justificación de aquella reunión social.

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