miércoles, 15 de febrero de 2012

Extraños en un tren

¿Nos conocemos a nosotros mismos? Si fuéramos en un tren y en nuestro vagón nos topáramos con personas con las que compartíamos la personalidad, ¿seríamos capaces de reconocernos o nos resultarían insoportables por pedantes, insolentes o  excesivamente sensibles? No creo que seamos más imparciales juzgando nuestra personalidad que juzgando nuestra imagen, y nuestra imagen a menudo nos sorprende en forma de reflejo inesperado en un escaparate o una ventana.  Esa es nuestra imagen real, la que los demás ven de nosotros. ¿Somos como creemos ser o nos engañamos? 

Guille y yo tenemos un consejero de películas de vídeo. Es el dueño de un vídeo club que está cerca de casa. Cuando vamos a alquilar una película nos pregunta que quién la va a ver: Guille, yo o los dos. A Guille le aconseja thrillers, con bastante buen acierto; a mí empezó por aconsejarme películas románticas, tirando a comedias -pero esas películas tienen la capacidad de convertirse en potentes somníferos. Las películas que él denomina "raras" sí dieron buenos resultados. Casi todas películas clásicas ya. Desde Azul, de Krzysztof Kieslowski, a Más Extraño que la Ficción. Y cuando la vamos a ver los dos: Ríos de color púrpura, Sin City, La chaqueta metálica... Todas ellas tirando a derroche de casquería fina. Cuando termina la película Guille me mira detenidamente y pregunta: Pero, ¿qué impresión damos como pareja? El caso es que ambos disfrutamos mucho de ese tipo de películas.


2 comentarios:

  1. Pues mira, te voy a dejar aquí un ejemplo de lo poco que sabes de ti misma, para que veas. En una de las últimas entradas le decías a Alberto Granados que no se preocupase que este blog solo lo leen cinco personas y media. Ya sé que la media persona es Guille, lo dijiste una vez. Pero quitándole a él, y yendo para atrás hasta el 13 de enero, he contado 10: Sap, Manuel Couceiro, Corso, Anónimo, Álvaro, Eduardo, Antonio de la Mancha, Alberto Granados, Eloy Cebrián y una servidora. Y luego están los que se quedan ahí agazapados y no comentan. O sea, que por lo menos ya somos diez personas y media quienes te seguimos.
    Ya va a haber que empezar a ponerse nerviosos, je, je.

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  2. Ángela, mujer, no me asustes (es broma). A veces se despista alguien y aparece una conexión rara, de Arabia Saudí o Japón (lo bueno es que imaginas que no se habrán enterado de nada).

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