jueves, 11 de agosto de 2011

Divagaciones 4

Todo está cerrado por vacaciones. Algunos documentales y libros son nocivos: te hacen querer saber más y más. Creo que Guille está más enfadado por lo tontos que han demostrado ser los ladrones que nos han robado en el estudio de Málaga que por el propio robo. En las aseguradoras también están la mayoría de quienes saben de vacaciones y me temo que eso les perjudica. No me gusta Javier Marías como escritor, pero sí como articulista y como conferenciante. Ayer vimos otro documental sobre las bombas atómicas. Yo, que lo único que he lamentado no ser más inteligente, por una vez me alegré de mis limitaciones intelectuales. Los genios también pueden cometer burradas, como los padres de la bomba atómica y la de hidrógeno. A Guille le sienta bien tener la piel atezada. Duerme con la ropa interior, dejando al descubierto la piel blanca que no llega a tocar el sol. Dan ganas de morderle el cachete. Cuenta mi tío Fermín que con cada golpe que un padre da un hijo, no crea un maltratador en potencia, como afirman algunos tratados de psicología, si no una persona medrosa. Esta mañana nos han llamado del diario El Sur, de Málaga; han entrevistado a Guille porque están preparando un artículo sobre los robos en la ciudad en época estival. ¿Puede la policía hacer eso: Proporcionar el teléfono de un particular a un periodista? ¿Y si hubiera sido un caso de violación? De todas formas, no nos ha molestado. En el documental de ayer hacían explosionar una bomba atómica bajo el agua. El acontecimiento estaba muy bien documentado, lo que demostró a posteriori lo zotes e ignorantes que eran los científicos que se ocupaban del desarrollo de la bomba atómica. Un locutor decía lo que NO iba a pasar. Pasó exactamente lo que negó que iba a pasar. ¡Qué miedo da! Tiraron las bombas atómicas y realmente no conocían ni la potencia ni las consecuencias (aterrador!!!)

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